soluciones: soluciones limpias Reciclaje
¿Qué es el reciclaje de papel y cartón?
A diferencia de otros materiales, como ciertos plásticos o metales, la mayoría de los productos de papel se pueden reciclar fácilmente. Por reciclar se quiere decir que es posible reunir el papel que ya ha sido usado —ya sea al escribir, imprimir, cortar, en cajas o casi cualquier otro uso— y procesarlo para convertirlo en algo nuevo que podrá volver a usarse. Además, la elaboración del papel reciclado tiene un impacto mucho menor en el medio ambiente y reduce la cantidad de basura que acumulamos cada año.
Al reciclar aprovechamos al máximo la celulosa que se extrae de las plantaciones forestales, dado que permite cosechar menos árboles para obtener la misma cantidad de papel. Así, reciclar resulta una alternativa más amigable con el medio ambiente.
Sin embargo, la calidad del papel tiende a reducirse cada vez que se somete al proceso de reciclado, por lo que solo es posible reciclar los papeles entre cuatro y seis veces, antes de que sean inutilizables. Por ello, la mejor estrategia es combinar fibra blanca nueva o pulpa virgen con el papel reciclado siempre que sea posible.
¿Cómo ayudan los productos de la madera a reducir, reusar y reciclar?
REDUCIR
Los productos de madera y celulosa tienen la ventaja de producir menos residuos de larga vida, como ocurre con el plástico y el metal, pues se pueden descomponer en forma natural, para volver a la naturaleza sin producir daños ecológicos al medio ambiente.
REUSAR
A su vez, los productos madereros de calidad pueden durar mucho tiempo sin perder resistencia ni calidad, y su capacidad para ser moldeables y transformables los hacen ideales para reinventarse de nuevas formas, sin que tengan que pasar por fábricas o procesos químicos.
RECICLAR
Por último, los productos de la madera pueden reciclarse con mayor facilidad que otros, como el plástico o el metal. Por ello, la madera se considera una alternativa más amigable al momento de pensar cómo reciclar los productos que usamos todos los días. La mitad de la celulosa que se usa para fabricar papeles y cartones es reciclada, lo que evita explotar en forma innecesaria las plantaciones forestales (y por extensión, también el bosque nativo).
¿Cómo funciona una planta de reciclaje de papel?
La primera etapa del proceso de reciclaje es la recepción de la materia prima. Es decir, se recibe el papel usado, sobre todo de lugares de trabajo como oficinas, supermercados, industrias y otros sitios donde se emplean grandes cantidades de papel en distintas formas. Una fuente de material son los “Puntos Limpios”, puestos de reciclaje ubicados en distintos puntos de la ciudad, para que los hogares puedan hacerse parte del proceso de reciclaje.
El segundo paso es clasificar el material recibido según los distintos grosores y tipos de papel y tamaño, para hacer más fácil el proceso y evitar desperdicios. Una parte importante en esta instancia es confirmar que efectivamente se trate de papel, ya que una carga «contaminada» con otros materiales, como plástico o vidrio, puede hacer inutilizable todo el material y dañar la maquinaria. Además, ciertos papeles, como aquellos con películas impermeables o aquellos combinados con aluminio, no se pueden reciclar, por lo que también es necesario retirarlos.
Una vez seleccionado el papel y reunido en fardos, se procede a una etapa de desintegración. Esto significa convertir el papel y cartón en una pulpa de celulosa que pueda ser nuevamente moldeada. Para ello, el papel se muele para hacerlo más manejable, se lava y se filtra para retirar impurezas —por ejemplo, corchetes y clips aún unidos al papel— y luego se le pasa por procesos de licuado químico en agua y otros productos, lo que además de separar la tinta que se encuentra todavía en el papel, debilita la fuerza de la celulosa y hace que las moléculas se dividan, perdiendo calidad.
Esta pulpa recuperada ahora sí podrá convertirse en papel reciclado. Para ello, sin embargo, debe pasar todavía por etapas de espesado, blanqueado y secado para volver a ser una pulpa química manejable. Además, como la celulosa ya usada es más débil y quebradiza, el papel reciclado generalmente necesita mezclarse con un poco de pulpa virgen, con el fin de garantizar un papel resistente y duradero.
Por último, la nueva pulpa deberá ser sometida nuevamente a etapas de secado y pasar por rodillos similares a los que se encuentran en las fábricas de papel blanco y cartón. Este papel reciclado vuelve a reunirse en rollos «jumbo» y se cortan según el nuevo uso que se les dará.
Contenidos de esta sección
1. Productos forestales
La fibra hoy
Futuro de la fibra
2. Soluciones limpias
Cuidado del medio ambiente
Reciclaje
Bioenergía