Procesos: Investigación – Ciencia forestal

PROCESOS: investigación Ciencia forestal

¿Qué es la ciencia forestal?

La ciencia forestal es el estudio científico de los árboles y los bosques en cuanto a sus características distintivas, formación, manejo, reproducción y aprovechamiento de sus productos. Entre sus áreas de análisis se consideran las propiedades de los seres vivos, su clasificación, genética, evolución y, particularmente, su adaptación a distintos medio ambientes, ya que el clima (seco o húmedo) y las características del suelo determinan fuertemente su desarrollo.

Entre otros aspectos de la ciencia forestal, estos profesionales estudian:

  • Las condiciones ambientales óptimas para el crecimiento de los árboles.
  • Los tipos de ecosistemas de los bosques y plantaciones.
  • Las mejores técnicas de silvicultura.
  • Cómo proteger los árboles frente a las plagas y enfermedades.
  • Los componentes de la madera.
  • Cómo preservar los recursos forestales.
  • Cómo lograr el mejor aprovechamiento sostenible de la madera.
  • Cómo proteger la calidad del agua y el suelo.
  • Cuál es el efecto del clima en cada componente ambiental.
  • Cómo cuidar los bosques nativos y la diversidad biológica.

Entre sus áreas de aplicación profesional, los científicos forestales se desempeñan como investigadores en universidades, en las industrias forestales, agroindustria, farmacéutica y alimentaria, en consultorías ambientales para empresas y en el cuidado de reservas y parques naturales.

 

¿Qué son los laboratorios forestales?

Los científicos forestales realizan sus investigaciones tanto en el campo como en laboratorios especializados. Estos laboratorios son espacios diseñados para realizar estudios bajo condiciones controladas. En ellos, como en todos los laboratorios científicos del mundo, se hacen experimentos en los que se aplica el método científico para aprender más sobre los objetos de estudio, en este caso las propiedades de los árboles, la madera, cómo mejorar su calidad y cómo protegerla de plagas y enfermedades.

 

¿Cuáles son las áreas más importantes de los laboratorios forestales de CMPC?

En CMPC, los laboratorios están orientados principalmente a tres áreas vitales para la salud y seguridad de las plantaciones forestales y que forman parte integral de todas las etapas del proceso de silvicultura.

La primera es el área de calidad de la madera. Allí se miden, clasifican y preparan las muestras que luego serán entregadas en los laboratorios específicos, según el análisis que se deba realizar. A partir de la investigación científica y el uso de herramientas técnicas, se estudian las propiedades físicas y la calidad de la madera para mantener los estándares esperados y buscar formas de mejorar los productos obtenidos de las plantaciones.

La segunda área es el laboratorio de biotecnología, donde se desarrolla y estudian las futuras generaciones de árboles con el fin de plantar bosques de mejor calidad, que estén más adaptados a condiciones medioambientales muy variables, plagas y enfermedades, y que necesiten menos recursos para crecer. Para ello, a partir de embriones seleccionados según su calidad genética, los investigadores utilizan técnicas especiales para multiplicar estos embriones y generar nuevas plantas para las futuras plantaciones forestales. Además, en esta área de laboratorios se producen plantas ornamentales y se conservan y recuperan especies en peligro de extinción.

Por último, la tercera área de laboratorio es la de fitopatología, la cual controla la salud de las plantaciones forestales durante su crecimiento, diagnosticando y tratando plagas y enfermedades, porque estas afectan la calidad de la madera y pueden extenderse sin control. En el caso de las plagas, se producen y liberan insectos biocontroladores, que las combaten de forma más amigable con el medio ambiente.

 

¿Cuál es el sistema de trabajo de los científicos?

En cualquier laboratorio de análisis, los científicos se basan siempre en el método científico, un conjunto ordenado de pasos que siguen para que sus estudios den como resultado conocimientos válidos, sin errores ni malas interpretaciones. Este método ha sido perfeccionado durante siglos por pensadores como René Descartes, Galileo Galilei, Francis Bacon e Isaac Newton, quienes buscaban obtener resultados confiables y fidedignos capaces de describir el mundo con exactitud.

El método científico cuenta con varios pasos: primero el científico se hace preguntas, una duda sobre el mundo que necesita resolver. Por ejemplo, podría preguntarse cómo hacer para calcular el volumen de un trozo irregular de madera, el cual tiene una forma que no puede ser medida fácilmente con una regla, como si fuera un cubo.

A partir de esta duda, el científico plantea una hipótesis, o una idea de lo que cree que podría ser la respuesta a su pregunta, a partir de la información que ya posee y el conocimiento que él y otros antes de él han descubierto sobre el mundo. En este ejemplo, el científico podría decir: «Ya que dos cosas no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo, si meto un trozo irregular de madera en agua, la madera “empujará” una cantidad de agua igual a su volumen. De esta manera podré medir la cantidad de agua que se desplaza y saber así el volumen de la madera».

A partir de esta hipótesis, el científico entonces debe ser capaz de hacer una predicción, es decir, puede plantear las consecuencias lógicas de que su hipótesis sea cierta. En este caso, si es cierto que el agua desplazada por un objeto sumergido es igual al volumen de ese objeto, si meto entonces un objeto cuyo volumen conozco, la cantidad de agua que desplace me permitirá obtener el mismo resultado que espero.

Esta predicción permitirá entonces desarrollar experimentos, una serie de pruebas diseñadas para averiguar si la hipótesis es cierta o no probando la lógica de nuestras conclusiones. Los experimentos usan la observación y la lógica para probar cada factor de nuestra hipótesis por separado y saber si existe la relación que creemos entre cada elemento, siempre buscando aislar sus efectos de otros que podrían afectarlo.

En el ejemplo que hemos seguido, el científico hará varias pruebas con objetos de diferentes formas y tamaños, pero con volúmenes que ya conozca: por ejemplo, un cubo de exactamente 10 cm de lado o una esfera con diámetro de 5 cm. Además, probará otras variables, para ver si ellas modifican los resultados: ¿dos cubos del mismo volumen pero de distinto peso moverán la misma cantidad de agua? ¿Qué pasa si uso varios cubos en vez de uno solo? ¿Qué pasa si hago un agujero a través del cubo, dejará de desplazarse una cantidad de agua igual al volumen de ese agujero? ¿Y qué pasa si lo hago a distintas horas del día, o con diferentes temperaturas? ¿Y si en vez de agua uso aceite? Todas estas variables deben ser tomadas en cuenta y medidas para que el científico obtenga la mayor cantidad de datos posible sin que otros factores influyan en ellos.

Finalizados todos los experimentos, el científico podrá hacer un análisis de los resultados que ha obtenido de cada variable. De este modo podrá ver que, independiente de su tamaño, su forma o su peso, una figura siempre desplazará la cantidad de agua equivalente a su volumen real si el experimento se hace de manera adecuada. Solo entonces podrá responder a su hipótesis y llegar a una conclusión: «Ya que un volumen siempre desplaza la misma cantidad de agua sin importar otros factores, puedo entonces medir el volumen de un trozo irregular de madera si lo sumerjo y calculo cuánta agua desplaza».

Es usando este método que los científicos son capaces de llegar a conclusiones precisas sobre nuestro mundo y aprender nuevas técnicas para estudiarlo sin miedo de estar partiendo de creencias equivocadas u opiniones sin fundamento. El método científico permite obtener resultados medibles y, más importante aún, repetibles, ya que otros científicos pueden hacer el mismo experimento y obtener los mismos resultados. De este modo pueden usar esta información para hacer sus propios experimentos y ayudar al avance de la ciencia y el conocimiento humano.