PROCESOS: TRANSFORMACIÓN Plantas de celulosa
¿Qué es la celulosa?
La celulosa es una molécula producida por todas las especies de plantas verdes —además de algas y algunas especies de bacterias— que utilizan para dar forma y dureza a las paredes de sus células. Está formada por polímeros o largas secuencias similares a hilos de compuestos químicos repetidos, lo que le da la estructura de fibra.
Estas propiedades hacen que la celulosa extraída de las plantas sea muy útil para crear grandes láminas de papel resistente y flexible de bajo costo.
¿Qué es una planta de celulosa?
Las plantas de celulosa son instalaciones que se especializan en procesar la madera para extraer de ella la celulosa y separar la lignina, componentes esenciales usados en decenas de productos.
Una planta de celulosa moderna cuenta con tres procesos vitales en toda industria eficiente y sostenible. El primero es el de extracción de la celulosa y la lignina de la madera base. El segundo consiste en recuperar los agentes químicos que se usan en la línea de celulosa para usarlos nuevamente y obtener de ellos energía a partir de biomasa. Por último, las plantas cuentan con un proceso de tratamiento de aguas o efluentes, utilizadas en el proceso industrial, para reducir al mínimo la cantidad de líquidos y gases que se liberan al medio ambiente, de modo de no desperdiciar recursos valiosos y tener el menor impacto posible en el ecosistema.
¿Cómo se obtiene la pulpa de celulosa?
La madera llega a la planta en camiones desde centros de acopio o aserraderos, para luego ser triturada hasta convertirla en chips o astillas, las que después se revuelven y ablandan en agua caliente dentro de la línea de celulosa. Estas astillas serán la base para producir pulpa.
Existen dos tipos básicos de pulpa de celulosa: la pulpa mecánica y la pulpa química. La primera se obtiene moliéndola a través de cilindros especialmente diseñados, sin utilizar productos químicos. Este método es más económico y rápido, pero no logra extraer toda la lignina, por lo que se obtiene una pasta más amarilla y rígida, la cual se usa en papel que no requiere de tanto cuidado, como el papel para diarios y varios tipos de cartones.
Por otro lado, la pulpa química se obtiene, como su nombre lo indica, a través de un proceso químico que permite obtener papel blanco de mejor calidad. Para ello se vierten las astillas en un gran contenedor llamado digestor, donde se disuelven a altas temperaturas en agua y un químico especial conocido como licor blanco, que es una mezcla de soda cáustica y sulfuro de sodio. Con ayuda de la temperatura y la presión, esta mezcla separa la fibra de la celulosa de la lignina para obtener un producto más blando y blanco, que luego pasará por varios lavados y blanqueados para eliminar los restos de lignina. Los desechos de este proceso, conocidos como licor negro, son reutilizados para hacer la producción más sustentable.
A continuación, la pulpa obtenida a través de ambos métodos de producción pasan por rodillos para extraerle el agua y secarla. Una vez seca, la lámina de pulpa mecánica se almacena en rollos de cinco metros de ancho llamados «jumbo», para luego pasar a rollos más pequeños según las necesidades del cliente. La lámina de pulpa blanqueada, por su parte, se corta y se empaqueta en fardos que son llevados a bodegas o depósitos a la espera de ser despachados a los clientes.
¿Qué se hace con los desechos de la celulosa?
A pesar de ser un desecho de la etapa de extracción de la celulosa, el llamado licor negro puede cumplir todavía una función importante. Esta mezcla de químicos puede ser aprovechada como combustible en calderas especiales para calentar agua y convertirla en vapor, el cual alimentará de energía turbinas que producen corriente eléctrica. Los restos quemados del licor negro pueden volver a convertirse en licor blanco gracias a otros procesos químicos, para luego ser devueltos al digestor.
De este modo, lo que en un principio parecía ser un desecho se convierte en combustible por medio de la ingeniería. Gracias a esta innovación, las plantas de celulosa son capaces de producir la mayor parte de la energía eléctrica que necesitan para funcionar, en un proceso virtuoso que aprovecha al máximo los recursos con el menor impacto ambiental posible. Este sistema de recuperación produce tanta energía que las plantas de celulosa de CMPC pueden incluso entregar electricidad sobrante al sistema eléctrico nacional, por lo que estas plantas son consideradas fuentes de energías renovables no convencionales (ERNC).
¿Qué es el tratamiento de aguas o efluentes?
La última etapa en el proceso de la producción de celulosa es el tratamiento de aguas o efluentes que han sido usados en distintas etapas de elaboración, con el fin de devolver la mayor parte a las fuentes de donde fue obtenida, como ríos, represas y otros. Para conseguirlo, el agua pasa por filtros y procesos de purificación en piscinas especializadas, las que permiten recuperar su pureza y garantizar que al volver al río no tendrán efectos negativos.
Contenidos de esta sección
1. Silvicultura
Preparación del suelo y de las semillas
Establecimiento de la plantación
Manejo y cosecha
2. Transformación
Plantas de procesamiento
Aserraderos, remanufactura y plywood
Plantas de celulosa
Fábricas de papel
Fábricas de tissue
3. Investigación
Ciencia forestal
Calidad madera
Biotecnología
Fitopatología